viernes, 31 de marzo de 2017

We're one..

Éramos uno, en ese instante nos habíamos convertido en una combinación imperfecta de muchos errores…
Después de que mis labios hubieran pronunciado eso que no me atrevía a decir, nos volvimos una sola persona, su sonrisa tímida me lo confirmó al instante, junto con su pequeño cuerpo buscando el mío. Quizás de dos personas con errores saldría algo bonito, quién sabe. La sensación desconocida que sentía en mi pecho me lo confirmaba, era algo bonito, quizá esto era estar feliz, algo que en 21 años había desconocido.

We're broken but we're one

La miré a los ojos, posé mis labios sobre su nariz, después fui tímidamente hacia sus mejillas, después volví a su boca. Soy una persona bastante fría, ese “te quiero pequeña”,  me había costado más de una noche de insomnio, pero todo era recompensado al ver su rostro sonrojado por el frío y también por la situación, los hoyuelos se habían acentuado mucho más al punto que creí que si seguía sonriendo, sus mejillas terminarían con dos enormes agujeros, no más seguiría siendo una chica preciosa. No solo por su apariencia, si no por todo. Esa mujer entre mis brazos, era única. La única a la que yo podía creer. Dice un viejo dicho que los opuestos se atraen, pero ella era mi roto para mis más de un descocido..
La tomé de la mano, yo no sabía como demostrar muchas cosas, me sentía como un adolescente inexperto que descubrió que algo le hace bien y no puede dejarlo. Mi casa, quedaba cerca de allí, por eso era que nos citábamos siempre en ese parque. Ella lo notó, la sentí temblar, un poco. No era un salvaje que iba a obligarla a nada, quería abrazarla y una gran taza de café entre mis manos, o sus manos entre las mías y el café después. Mis  pensamientos estaban dispersos como una playlist de música en aleatorio.
 Ella dudó unos segundos, pero decidida me siguió, iba tras mío, aseguro desde ahora que me encantaría llevármela de la misma manera, pero lejos de todo, de mis problemas de sus inseguridades, a un páramo desconocido donde solo estemos nosotros. Pero solo podía llevarla a un lugar que se le parezca mi habitación, ahí nadie nos iba a molestar. Era mi lugar en el mundo, pero ese sentido de pertenencia y propiedad privada, se acrecentaría con ella ahí conmigo.




No hay comentarios:

Publicar un comentario